JAMES BLACK
El Luxury Odín era un lugar al cual solo tenían acceso
ciertos privilegiados que disponían de autorización o personas con un buen saco
de chapas debajo del brazo dispuestos a fundírselas en los casinos.
El caso de Penélope era bien diferente. El hambre y la
pobreza gobernaban la ciudad.
James Black trabajaba como mercenario en la compañía
"Los Viajes Al Paraíso" o como sus compañeros decían "Los
VAP". Su trabajo consistía en proteger y llevar con vida a los futuros
pobres a las puertas del Luxury Odín. Futuros pobres porque la mayoría iba con
los bolsillos llenos de chapas y volvía por el mismo camino pero con telarañas.
Muchas eran las veces que había estado en las puertas de acceso pero nunca las
llegó a cruzar.
El camino era peligroso puesto que podían ser
asaltados en cualquier momento por ciudadanos de Penélope, si creían que los
VAP llevaban encima objetos valiosos o chapas. Muchas eran las vidas que James
Black llevaba a sus espaldas. Todo a cambio de un sueldo que le daba para comer
una vez al día y dormir en una cama.
La tarde fue tranquila, solo cuatro clientes sin
ninguna muerte. Momentos antes un tipo el cual no conocía, de estatura media
baja, bastante fornido con pintas de militar salvo por su pelo largo, llamado
Jacq, le había propuesto un trabajo fuera de las murallas de Penélope. Pero en
su condición no podía permitirse el lujo de abandonar la ciudad.
Al finalizar el turno en vez de irse a la pensión de
siempre James Black decidió buscar a Jacq. Quizás pudiera ayudarle a salir de
la ciudad.
La dirección que había tomado aquel hombre solo tenía
un destino posible
El "Transtorno" tal y conforme le comento
Jacq antes de seguir su camino.
No fue difícil encontrar aquel antro. Por suerte o por
desgracia James Black se conocía Penélope como la palma de su mano.
Una vez dentro observó como Jacq el hombre del pelo
largo bebía una cerveza acompañado por una mujer de pelo rojizo. Ambos
disfrutaban del pésimo espectáculo que estaba ofreciendo el conocido humorista
Bjarme Risa. El apellido no le hacia justicia puesto que generaba pocas risas
entre los espectadores.
Entre pisotones y disculpas James Black consiguió
llegar a la mesa donde estaban sentados Jacq y la mujer pelirroja, comentaban
algo que no tenia nada que ver con el show de Bjarme.
-No lo se hermana, tenemos que actuar con suma cautela
como hasta ahora, esto no va a ser fácil- susurraba el hombre de pelo largo.
-¿Jacq?- interrumpió James Black -¡Jacq he venido a
hablar de negocios contigo!
-¡Hombre a ti te conozco! ¡El mercenario negro que no
sale de la ciudad!- respondió Jacq girándose sobre la silla para ver quien le
estaba llamando- Toma asiento hombre y bébete una a nuestra salud.
James Black se sentó a la izquierda de Jacq dejando
libre el otro asiento para no tapar el espectáculo de Bjarme con su presencia.
No pidió nada para beber, fue directamente al grano, no tenia tiempo que
perder.
-¿De que se trata el trabajo que me ofrecías esta
tarde en el puesto de los mercenarios?- comenzó James Black.
-Antes de contarte nada tenemos que saber que contamos
con tu colaboración- el hombre de pelo largo no le quitaba ojo, por otra parte
su compañera no hacia el menor caso, se dedicaba a beber de su cerveza y a
entretenerse con los chistes de mal gusto del humorista.
-No es que no quiera salir de esta maldita ciudad.
Pero hay un pequeño problema que me retiene aquí- se hizo un pequeño silencio.
James Black llevaba un pañuelo de color azul marino bordado con tribales, con
el dedo índice lo bajó unos pocos centímetros dejando al descubierto un collarín
MK65. Llevaba al cuello un collarín de preso del antiguo mundo.
-¿Y eso?
-Es el motivo por el cual no puedo salir de esta
apestosa ciudad- James Black llevaba viviendo en Penélope desde que era un niño
de unos pocos años -Cosmi Turbas es el dueño de la compañía "Los Viajes al
Paraíso"...
-¿Y que tiene que ver eso con el collar que llevas al
cuello? ¿Eres su perro?- interrumpió Jacq.
-Mas o menos- aquello le incomodaba, perros es como
llamaba Cosmi Turbas a sus trabajadores- No trabajamos allí por gusto. Nos paga
una mísera y nos tiene encadenados como perros. Este collar explotaría si
intentara adentrarme en el Luxury Odín o salir de la ciudad.
-¿Y no puedes quitártelo?- por sus preguntas James
Black sabia que Jacq no tenia ni idea del funcionamiento de los collarines.
-Si me lo quito soy hombre muerto igual. El único modo
es que uno de vosotros me ayude esta noche a apagar el emisor de frecuencia que
controla los collarines. Yo no puedo puesto que si me acerco mucho al emisor el
collarín explota. Ya sabéis medidas de seguridad para presos.
-Te encargas tu hermano- por primera vez la mujer de
pelo rojizo abrió la boca, aunque fuera para dirigirse a su hermano.
-¿Donde se supone que esta ese trasto?- aporto Jacq, parecía
dispuesto a ayudarle.
-¿Recuerdas el puesto donde me has hablado esta tarde?
Es el edificio trasero. Tengo que volver echando leches para no levantar
sospechas. Ven cuando finalice la ultima función del Transtorno, yo estaré esperándote
fuera, donde el puesto de contratación, haz como si me contrataras, tranquilo
no te cobrare nada. Si me liberas os acompañare gustosa y gratuitamente allá
donde os dirigís, al fin y al cabo me estarás dando la libertad.
Jacq asintió con la cabeza. James Black había
conseguido alguien que le ayudara a liberarse de aquel collarín, que durante
tantos años había llevado al cuello. Acto seguido salio con paso firme y rápido
en dirección al puesto de contratación para seguir con su labor.